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El estado de derecho, los derechos humanos y la democracia

ESTADO DE DERECHO

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EL ESTADO DE DERECHO, LOS DERECHOS HUMANOS Y LA DEMOCRACIA

El Estado de Derecho, al establecer los límites al ejercicio del poder, se convierte en una de las piezas clave en el funcionamiento de la democracia. Podríamos imaginarnos que el Estado de Derecho, con todos sus principios y reglas, es una especie de camisa de fuerza que restringe los movimientos de quien la lleva fuera de cierto rango aceptable. O que es como las líneas con fantasmas colocadas en una autopista -que son visibles de día y de noche- y que indican por dónde hay que seguir el camino para llegar sano y a salvo a tu destino. En el caso de los caminos de la democracia, estos pueden llevar únicamente a dos destinos: la garantía de los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia.

EL ESTADO DE DERECHO COMO GARANTE DEL RESPETO DE LOS DERECHOS

Todo el entramado del Estado de Derecho -sus reglas y principios, las leyes que lo sostienen, las instituciones que existen para garantizarlo- tiene, como la finalidad más importante, la protección, el respeto y el fortalecimiento de los derechos y las libertades de las personas. Los documentos centrales para la existencia y funcionamiento de cualquier Estado democrático son su Constitución y los tratados internacionales, y estos tienen la función principal de la protección de los derechos humanos (como vimos en el Módulo 4).

A través de los mecanismos del Estado de Derecho, entonces, se establecen las reglas sobre qué derechos son reconocidos en un país dado y cuáles son los mecanismos para buscar su protección y realización efectiva. Una vez reconocidos los derechos, los órganos de gobierno -en especial las dependencias de la administración pública- tienen la responsabilidad de generar las condiciones necesarias para que cada persona pueda ejercer sus derechos plenamente. Esto se lleva a cabo a través del diseño e implementación de las políticas públicas, por ejemplo, para garantizar el acceso universal a la educación, para otorgar las pensiones a las personas retiradas o para apoyar la alimentación de las niñas y los niños

Además de las políticas que deben garantizar los derechos, el Estado debe también implementar los mecanismos para proteger los derechos y hacerlos efectivos en la práctica. Como vimos en el apartado ¿Quién decide si las leyes son legítimas?, la existencia del Estado de Derecho exige la adopción de mecanismos que permitan a cualquier persona defender sus derechos cuando considere que estos han sido violados o disminuidos. Este aspecto del funcionamiento del Estado de Derecho es, quizá, el elemento central para alcanzar la protección de los derechos humanos a través de la revisión que de las decisiones del poder realizan las cortes y los tribunales.

SABÍAS QUE…

Judicialización de la política y activismo judicial

Es la creciente intervención de los tribunales y jueces para dirimir desacuerdos políticos. Los actores políticos, en vez de resolver sus diferencias en los espacios políticos o mediáticos, suelen llevar sus controversias a los jueces sin que muchas veces haya base legal para ello. Estas prácticas han llevado a un incremento del “activismo judicial” debido a un mayor número de litigios entre ciudadanos y ciudadanas; un mayor intervencionismo estatal en la actividad social; las transformaciones culturales y actitudinales de las últimas décadas relacionadas con la ampliación de derechos y un mayor reconocimiento de la igualdad y la inclusión, entre otros.

Desde el surgimiento del Sistema Universal y del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (¿recuerdas que hablamos de ellos en el Módulo 4?), las instancias del Poder Judicial han adquirido cada vez mayor relevancia como los órganos encargados de ejercer el control de los actos y decisiones del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo. A través de este fenómeno, llamado judicialización de la política, las Cortes y los Tribunales han tomado cada vez más decisiones importantes que obligan a los otros poderes del Estado a limitar la arbitrariedad de sus decisiones, a rendir cuentas y, lo más importante, a garantizar los derechos humanos.

En muchos lugares fueron precisamente las Cortes las que determinaron el reconocimiento de algunos derechos humanos. Por ejemplo, la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos fue la responsable por acabar con la segregación en las escuelas e impulsar la igualdad de oportunidades educativas para todas las personas (en el famoso caso Brown contra Consejo de Educación). En España, el Tribunal Constitucional reconoció el derecho de las personas a conciliar la vida personal y la vida laboral, obligando a las empresas a facilitar la selección de los horarios y la búsqueda de otras medidas que garanticen este derecho (sentencia 26/2011). En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue la que reconoció el derecho al matrimonio igualitario (acciones de inconstitucionalidad 29/2018 y 40/2018) y despenalizó el aborto (acción de inconstitucionalidad 148/2017).

Los órganos del Poder Judicial juegan un papel fundamental en este proceso de protección y ampliación de los derechos. Sin embargo, es indispensable reconocer que esto es posible gracias a que la ciudadanía exige la justicia y presenta sus demandas ante los órganos de justicia. En este sentido, son particularmente importantes los litigios estratégicos, que resultan muy útiles para promover los cambios en la interpretación de las normas, la eliminación de las normas o el reconocimiento de los nuevos derechos.

La promoción de los litigios estratégicos ha sido fundamental, por ejemplo, en el fortalecimiento de las cuotas y de la paridad de género a favor de incrementar la representación política de las mujeres en nuestro país. Así, a través de la definición de las leyes y su efectiva aplicación, siempre acorde a los principios constitucionales y legales, el Estado de Derecho se ha convertido en un pilar de la democracia que permite materializar su principal finalidad: la de proteger los derechos y las libertades de todas las personas.

SABÍAS QUE…

Litigio Estratégico

Borde Jurídico entrevista al Dr. Juan Carlos Gutiérrez, abogado colombiano que dirige la asociación I(dh)eas, A.C.

14 de noviembre de 2014.

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Borde Jurídico entrevista al Dr. Juan Carlos Gutiérrez, abogado colombiano que dirige la asociación I(dh)eas, A.C.

14 de noviembre de 2014.

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EN RESUMEN

  • El Estado de Derecho contribuye a la protección de los derechos humanos a través del establecimiento de las leyes que los reconocen, amplían y garantizan. 
  • El Estado de Derecho permite también que el Poder Judicial cumpla su función de revisar y controlar el ejercicio del poder por las autoridades estatales, siempre con el objetivo de garantizar los derechos de las personas.

EL ESTADO DE DERECHO COMO GARANTE DE LA DEMOCRACIA

Cuando pensamos en la democracia, con frecuencia la asociamos, fundamentalmente, con las decisiones tomadas por la mayoría de las personas. Y es cierto: la regla de la mayoría es un eje central del ejercicio democrático que asegura que las decisiones son respaldadas por un grupo significativo de las y los integrantes de la comunidad. Sin embargo, reducir la democracia a las decisiones mayoritarias sería incorrecto, pues este régimen político busca garantizar los derechos, las libertades y la igualdad para todas las personas, no solo aquellas que pueden formar una mayoría a favor o en contra de alguna decisión.

Además, si pensáramos que la democracia equivale a la regla de la mayoría, y que son la mayoría de las personas las que toman las decisiones -la ciudadanía en un referéndum o las y los representantes en el Congreso-, esto significaría que la democracia podría destruirse a sí misma. ¿Qué pasaría si las y los legisladores decidieran algún día suspender los procedimientos democráticos y decidir que el presidente va a ejercer sus funciones de manera vitalicia? ¿Qué ocurriría si decidieran que sólo los que cumplen determinadas características raciales o defienden determinadas ideas son los que pueden tomar las decisiones de la comunidad mientras los que son étnicamente distintos o los que los que piensen distinto no pueden participar?

Como ya sabes -porque lo discutimos en el apartado ¿Cuándo las leyes son legítimas?- esas decisiones no serían válidas en una democracia. Y es así precisamente gracias al Estado de Derecho. Son los principios del Estado de Derecho los que impiden que las autoridades hagan cualquier cosa o que las decisiones de las mayorías atropellen los derechos de las minorías o que, incluso, eliminen a la democracia. Es por ello que Norberto Bobbio sostenía que la democracia es “el gobierno de las leyes por excelencia” (Bobbio, 2008: 189). A sus ojos, la democracia (como la paz, de la que hablaremos en el Módulo 6) es el fruto del derecho.

Podemos decir que la democracia es el gobierno de las leyes en los dos sentidos que esta expresión tiene. Es el gobierno sujeto a derecho, es decir, donde los gobernantes están limitados por el derecho entendido como una norma general y abstracta que es la máxima expresión de la voluntad del soberano y, al mismo tiempo, protege a las minorías. Es también el gobierno a través del derecho: mediante leyes y no mediante mandatos individuales y concretos (Bobbio, 2008: 173-174).

SABÍAS QUE…

Norberto Bobbio

Dr. Héctor Zamitiz Gamboa, politólogo mexicano y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, 27 de noviembre de 2020.

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Dr. Héctor Zamitiz Gamboa, politólogo mexicano y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, 27 de noviembre de 2020.

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SABÍAS QUE…

Poder Judicial y Democracia

Borde Jurídico entrevista al Dr. Roberto Gargarella, un abogado y sociólogo argentino, especialista en derechos humanos, democracia, filosofía política, derecho constitucional e igualdad y desarrollo. Actualmente, es profesor en la Universidad Torcuato Di Tella y en la Universidad de Buenos Aires Argentina. Video publicado el 17 de marzo de 2015.

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En esta manera de ver la democracia, podemos observar el papel central del Derecho y de las Cortes y los Tribunales, como las instituciones encargadas de mantener la vigencia de las normas, garantizar la legalidad de las decisiones desde el punto de vista formal y sustantivo, para poder proteger a la democracia y sus valores incluso ante sí misma.

EN RESUMEN

  • El Estado de Derecho permite la supervivencia de la democracia al establecer un gobierno sometido a las leyes y ejecricio a través de esta.
  • La aplicación de los principios del Estado de Derecho impide que las mayorías decidan restringir los derechos de las minorías o, incluso, destruir a la propia democracia.
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